¿Te cuesta adelgazar? ¿Llevas tiempo controlando tu alimentación y aún y así no consigues bajar de peso? Quizás lleves un ritmo de vida demasiado accelerado que te impide hacerlo...
Y es que aunque no nos demos cuenta, el estrés puede convertirse en uno de los enemigos más potentes en el momento de perder peso, ya que nuestras preocupacones diarias pueden boicotear nuestra dieta. El motivo es que empezamos a comer más, menos alimentos nutritivos o incluso decidimos dejar los buenos hábitos en medio de una crisis.
La merienda es la comida más olvidada del día, pues muchos por falta de tiempo o ignorancia restan importancia a comer entre horas. Tomar un pequeño tentempié a media tarde es muy beneficioso, ya que nos ayuda a llegar a la cena con menos hambre. Los expertos en nutrición siempre han destacado que una dieta equilibrada consta de 3 comidas y 2 meriendas, merendar es tan importante como desayunar.
Cambiar de estilo de vida e incorporar nuevos hábitos de alimentación y deporte para mejorar la salud, implica una transformación inevitable en nuestro cuerpo. Ante un proceso de adelgazamiento, es habitual que la dermis no tenga el tiempo que necesita para adaptarse a las nuevas condiciones físicas. Esto provoca que al encogerse aparezcan problemas tan comunes como indeseados. Hablamos de estrías, signos de flacidez, celulitis, arrugas o sequedad cutánea.