No dejamos de insistir en que es de extrema importancia intentar serenar la mente y hacer crecer tu interior. Aprender a serenarnos es fundamental en estos tiempos que corren. No podemos pasarnos los días cargados de estrés y ansiedad, ya que eso solo nos conducirá al malestar físico, mental y emocional.
Van descendiendo las temperaturas y el invierno empieza a dar signos de entrar en nuestras vidas. Llega la hora de preparar a nuestro sistema inmunitario.
“Dos semanas de conducta sedentaria equivalen al inicio del declive corporal”. Esta frase, que parece tan contundente, es la constatación de que en apenas dos semanas y pasando una mayor parte del tiempo sentados, ya sea en el sofá o realizando teletrabajo de manera ininterrumpida durante un largo período de tiempo, y, además, sin realizar breves ejercicios que nos permitan desconectar unos minutos de la pantalla,los estragos que se han producido han hecho mella en el aspecto de nuestro cuerpo, e inexorablemente, en nuestra mente.
¿Te cuesta adelgazar? ¿Llevas tiempo controlando tu alimentación y aún y así no consigues bajar de peso? Quizás lleves un ritmo de vida demasiado accelerado que te impide hacerlo...
Y es que aunque no nos demos cuenta, el estrés puede convertirse en uno de los enemigos más potentes en el momento de perder peso, ya que nuestras preocupacones diarias pueden boicotear nuestra dieta. El motivo es que empezamos a comer más, menos alimentos nutritivos o incluso decidimos dejar los buenos hábitos en medio de una crisis.
Cambiar de estilo de vida e incorporar nuevos hábitos de alimentación y deporte para mejorar la salud, implica una transformación inevitable en nuestro cuerpo. Ante un proceso de adelgazamiento, es habitual que la dermis no tenga el tiempo que necesita para adaptarse a las nuevas condiciones físicas. Esto provoca que al encogerse aparezcan problemas tan comunes como indeseados. Hablamos de estrías, signos de flacidez, celulitis, arrugas o sequedad cutánea.